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martes, 26 de febrero de 2013

Caracol el del Bulto. Diccionario Gaditano de Flamenquitos Insignes (IV)

En Cádiz no se "está" ni se frecuentan los sitios: "se para". Supongo que otras localidades compartirán la peculiaridad semántica del verbo para significar el territorio de estancia y la asiduidad de permanencia; el hábitat urbano. Supongo. ¿Dónde para fulanito? En El Morante.
No, en El Morante, no (apunta otro); él suele parar en Los Gallegos Chicos, aunque últimamente para en...


Manolo Caracol y El Niño de los Rizos
El Niño de los Rizos paraba en La Bombilla y en el Bar Papi, fundamentalmente. Allí, en aquellos territorios y ya bien sobrepasada la edad de setenta años, nos lo refirió. Era invierno. Nos esperaba sentado, solo en la mesa. Gorra, pañuelo azul, anudado y abrigo, mitigando la traicionera surestá que en aquel estío se colaba por el Arco de Garaicoechea

Profusas patillas blancas. Sonrisa fácil. Habla pausada. Y fumaba; sus dedos índices y corazón, con los que en otro tiempo realizaban el picado, estaban barnizados de amarillo nicotina. Ya no podían picar, ni arpegiar, ni su pulgar realizar la alzapúa de su toque, corto, justo, sin el desarrollo de una gran técnica, pero con ése gustito y ése aroma a saco viejo, rancio, que tenía su toque. Eugenio lo resolvía con una mueca, entre irónica y amarga, de enorme resignación y unos ojos vivarachos de quien ya lo ha visto todo. Ya no estaban los suyos. Ni el reñidero de Los Melu de la calle Desamparados. Ni siquiera sus vecinos Breíta, Manolo Vargas y El Cojo Peroche. Al lado, una copa de aguardiente y los recuerdos brotaban de su boca.

Destaco una anécdota que me refirió sobre Caracol el del Bulto, a quien trató mucho, sobre todo a raíz de que su hijo Manolo Caracol se lo llevara a México de tocaor. Era la tarde del 28 de julio de 1961. En la Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Merced, del barrio Santa María se casaba Lola Ortega, la hija de Manolo Caracol con el industrial José Sánchez Montesinos. La novia vestía traje blanco con larga cola de volantes y un velo de tul. De padrinos, Manolo Caracol y la madre del novio, doña Patrocinio Montesinos.

Antes de todo eso, en los farragosos trámites burocráticos de la boda, el abuelo de la contrayente, Caracol el del Bulto, hombre de una exquisita gracia, le preguntó al párroco de la iglesia si podría encontrar su partida de nacimiento o bautismo. El cura, a partir de las fecha que el cantaor le proporcionaba, empezó a sacar libros y más libros, sin encontrar documento alguno que atestiguase su nacimiento y bautizo en Cádiz: Lo siento, señor Manuel Ortega, pero usted no figura que haya nacido aquí, ni que lo hayan bautizado aquí”, Caracol el del Bulto, le respondió con sorna y no menos retranca: No se preocupe, padre, haga usted el favor ahora de mirar, a ver si estoy en los libros de Gades”.

El Archivo Catedralicio nos desveló después el misterio y nos mostró la partida de bautismo que Caracol el del Bulto se quedó con las ganas de ver y de enseñársela a su hijo y a su nieta.

Como quiera que el maestro Blas Vega estaba preparando un libro sobre Manolo Caracol, se la mandé por correo electrónico para que ilustrase, en primicia, el gran libro sobre la Casa de los Ortega que todos esperábamos. No pudo ser.

"En la ciudad de Cádiz, a siete de septiembre de mil ochocientos ochenta y uno, Yo D. José de Bocio, Cura propio de esta Parroquia del Sagrario, bauticé solemnemente a un niño que nació en veinte y nueve del pp. mes, a las nueve de la noche, y al que puse el nombre de Manuel, hijo legítimo de José Ortega y Feria y de Agustina Fernández y Espeleta, naturales de esta Ciudad y Casados en esta parroquia, año de sesenta y nueve: Abuelos paternos Enrique y Carlota, y Maternos Francisco y Rufina; todos naturales de esta Ciudad: fueron sus padrinos Enrique y Gabriela Ortega advertirles sus obligaciones: siendo testigos Francisco Espeleta y Juan Dulce, y lo firma ut supra= José de Bocio y Gamero." (rubricado)

(Al margen)
"Manuel Ortega
Casó en la Parroquia de la Magdalena de Sevilla con Dolores Juárez Soto el 20 de abril de 1951. Carbonell" (rubricado)

Archivo Histórico Catedralicio. Libro 124. Folio 149

No puede haber más artistas en torno a una pila bautismal. Su padre José Ortega Feria El Águila, inconmensurable banderillero y cantaor, conocedor de los estilos gaditanos, creador de un estilo de cantiña. Abuelo paterno: Enrique Ortega El Gordo Viejo; Abuelo materno: Francisco Fernández Curro Dulce, enormes siguiriyeros —justa y exactamente los dos cantaores más admirados por Silverio— ...y más sagas cantaoras entrelazadas: Espeletas, Ferias y "Dulces" descendientes (Juan).



Caracol el del Bulto

Nombre artístico de Manuel Ortega Fernández, por imitar en el vestir al empresario taurino Caracol, y debido a un defecto físico del cuello se le llamó también Caracol el del Bulto. Cádiz, 1881-Madrid, 1962. Cantaor. Nieto del Gordo Viejo y Curro Durse, hijo de El Águila, hermano de Carlota, Rita y Rosario Ortega y del torero El Cuco y padre de Manolo Caracol. Según Blas Vega y Ríos Ruiz fue un “excelente intérprete de cañas, soleares y bulerías, actuando en su juventud en cafés cantantes de Cádiz, Sevilla, Jerez de la Frontera y Madrid. Fue mozo de estoques de sus primos los toreros Rafael y Joselito El Gallo

Caracol padre al cante. Detrás, sonriente y orgulloso su hijo Manolo Caracol
Fernando Quiñones lo sitúa triunfando en el Café Filarmónico y en el Café Ideal de Sevilla. Para Manuel Moreno Delgado “Manuel Caracol, padre, fue un gran cantaor y mejor conocedor de todos los cantes, conservando una gran amistad con Chacón, que lo apreciaba y lo admiraba.” 

Juan Vargas, Caracol el del Bulto y El Melu
El bailaor Ramón Vélez, que tantísimos años se llevó actuando con su hijo, Manolo Caracol, así lo recuerda “Su padre, lo vuelvo a repetir, el hombre más simpático y gracioso que nació en esta tierra, pero de una gracia natural que hacía reír a los demás sin proponérselo. Él tenía como una especie de quiste en un lado de la cara, creo que era en el derecho. Era bastante grande, y todo el mundo le preguntaba: “Abuelo, ¿Por qué no se opera ese bulto?; y él decía: Te lo voy a explicar, si me lo operara, todo el mundo me preguntaría: ¿usted es el que tenía un bulto en la cara?, sería un poco pesado, así que me quedo sin operar y me ahorro de responder tantas veces lo mismo”

Caracol el del Bulto en amena charla con Manolo Vargas
Sus anécdotas de gracia, como de la gran mayoría de cantaores gaditanos, abundan en el imaginario. Refería José Luis Montoya la siguiente: "Cierto día, Caracol padre entabló una discusión con otro parroquiano de su misma trayectoria, y como de la discusión pasaron a palabras fuertes, El "del bulto" le dijo a su oponente aquello de, "a ver si eres capaz de decírmelo en la calle, que nos vamos a matar"; como el otro asintió, a la calle se fueron seguidos del resto de la clientela, y una vez fuera, el desafiador, que no era precisamente el Guerrero del Antifaz, viéndose cogido, le espetó al rival: "aquí hay mucha gente, y tú y yo nos vamos a ver las caras, pero en la Barqueta, donde estemos solos"; como el otro volvió a asentir, Caracol padre, sin saber ya por dónde salir, ni dónde meterse, le dijo al contendiente muy serio: "que estoy pensando yo que a ver quién paga el tranvía", con lo que la pelea se acabó entre la rechifla general."

En 1951, participó en el rodaje de la película La Niña de la Venta, con Lola Flores y su hijo Manolo Caracol, con guión de Ramón Torrado, Ramón Perelló y José Palma, rodada en los escenarios naturales de la provincia de Cádiz.





Para ampliar información sobre su vida, léase la entrevista que Manuel Ortega, Caracol el del Bulto, concedió a ABC, el 29 de junio de 1945, subida en papeles flamencos.


Diccionario Gaditano de Flamenquitos Insignes (DGFI):

(I)   El Niño de la Viña
(II)  El Beni de Cádiz
(III) Ramón Vélez
(IV) Caracol el del Bulto
(V)  Antonio Hernández
(VI) El Niño de la Isla
(VII) Fernando Quiñones
(VIII) José Capinetti

4 comentarios:

  1. Que 'age' con más chispa la de 'El del Bulto'. En cierta ocasión e invitado por su hijo Manolo a la inauguración de 'Los Canasteros', este buen hombre, cogió el tren con destino a Madrid. Después de muchísimas horas de viaje y cuando ya se encontraba en el andén de Atocha con las maletas, el tren pegó un tremendo silbido que asustó a Manuel y este ni corto ni perezoso, si volvió hacia el tren y exclamó una de las suyas:

    - ¡Los cohones pá Despeñaperros!

    Lo dicho, arte y figura, al igual que tu entrada, que es de chapó.

    Antonio B.

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    1. La pena de todo esto, es que el legado suyo, al final, se circunscriba a una colección de anécdotas, que están muy bien (no digo que no) y que, oídas en su contexto, seguro que no tendrían desperdicio, pero se me antoja una herencia demasiado pobre y raquítica para alguien que fue testigo de una escuela, que la tenía en su propia casa, llena de giros, de matices, de ayes y de melodías, del abuelo, del padre, del tío. Una cosa no invalida la otra, pero creo que entiendes lo que quiero decirte.
      Gracias por visitar los fardos. Aquí tu casa. Un abrazo.

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  2. Y una prueba más de que querer enfrentar en el cante a payos y gitanos es una invención posterior. Caracol padre era admirado y admirador a la vez de Chacón.

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    1. Totalmente de acuerdo contigo, Andrés. No hay nada más nocivo que el racismo de un sector u otro. Los prejuicios raciales, sean antigitanos o antigachés, es la lacra y la discusión más estúpida y trasnochada que puede tener el flamenco. El más gachó de Santa María se caía de una silla y lo hacía a compás (Chano Lobato) o el principal divulgador de la malagueña del Mellizo, cuyo primer apellido era catalán y valenciano, era "castellano": Aurelio Sellés. ¿Ejemplos de convivencia y de admiración recíproca? ¡Todos los que se quieran y más! Otra cosa es tener enquistada una idea preconcebida, o sea, un prejuicio.

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